Para los amantes del vino, el mundo ecuestre y la buena vida, La Santísima Trinidad es un edén terrenal.
La Santísima Trinidad es un desarrollo que fusiona distintas pasiones en un diversos edenes: Viñedos San Lucas, Viñedos Santa Catalina, la Santísima Trinidad y Viñedos San Francisco y Viñedos de los Senderos. Desarrollos principalmente inmobiliarios con área agrícola compuesta de viñedos, olivos y lavanda, además de contar con hoteles boutique, restaurantes, cancha de polo, taller de olivo, taller de lavanda y, por supuesto, vinícola, estas joyas nos introducen a un estilo de vida que no tiene igual en el país.
La Santísima Mesa es un evento hedonístico y auténtico, desarrollado por Grupo La Santísima Trinidad, donde se busca exponer a través de una dinámica única la riqueza arquitectónica, gastronómica y enológica de la región.
La primera edición de La Santísima Mesa se llevó a cabo en un entorno único: la calle de Aldama, en pleno centro de San Miguel, la cual ha sido nombrada como una de las 25 calles más hermosas del mundo por la reconocida revista Architectural Digest.
Esta magnífica segunda edición de La Santísima Mesa nos agasajó con un setting impactante: la plaza de toros de San Miguel de Allende, ubicada en el corazón de esta bellísima ciudad.
La experiencia culinaria comenzó con una ensalada griega con pimiento amarillo, cebolla morada, pepinos, tomate cherry, aceituna negra, orégano, aceite de olivo y queso feta, la cual maridamos con el vino La Santísima Trinidad Blend Blanco, elaborado con las uvas Chardonnay, Macabeo y Moscatel.
El segundo tiempo fue un exquisito risotto de hongos con mantequilla , vino blanco, queso partisano, hongo y trufa fresca, maridado con La Santísima Trinidad Espumoso Rosé, un vino que nos invita a celebrar la vida.
Para el plato fuerte tuvimos elección entre un salmón en salsa menhir con ensalada de calabaza y un delicioso filete de res en salsa de vino tinto acompañado de espinaca salteada y rosetones de papa al romero, maridado con La Santísima Trinidad Reserva, un vino que refleja un terreno rico en minerales y nos enamora con sus matices seductores.
Esta celebración nos empapó de la magia de San Miguel de Allende, una de las ciudades más bellas del país, y del fascinante mundo vinícola del estado de Guanajuato.
