La entrada a Taiwán, Taipéi, fundada en el siglo XVIII por inmigrantes chinos de Fujian, es una metrópolis que alberga un tesoro de historia, cultura y delicias culinarias. Esta capital taiwanesa, ecléctico crisol de modernidad y tradición, me dejó maravillada por su diversidad. Encontré lujo, cultura y delicias.
Mi refugio urbano «a la medida» en Regent Taipéi me envolvió en una sensación sui géneris, difícil de describir, similar al alma de Taipéi.


Una ciudad que es un auténtico caleidoscopio cultural, donde influencias chinas, japonesas y occidentales se entrelazan. Templos taoístas se alzan majestuosamente junto a rascacielos relucientes, mientras que las aguas termales acarician la base de los volcanes Tatun al norte de la ciudad.
Desde el piso 19, las vistas de Taipéi son simplemente únicas. A través de una ventana, percibí cómo el alma de la ciudad resplandecía con diversos colores. Afuera, el caos de la urbe, dentro, serenidad total.
Las suites de este hotel de ensueño combinan lujo y confort a la perfección, con muebles suaves en tonos tierra y baños de mármol equipados con bañeras profundas. Algunas de estas suites ofrecen acceso al lounge ejecutivo del hotel, donde la seducción culinaria se combina con vistas panorámicas de la ciudad.

El Regent Galleria, hogar de algunas de las mejores boutiques de alta costura del mundo, se erige como el epicentro de las compras de élite en Taiwán. Un entorno comercial diverso que fusiona alojamiento, restaurantes, compras y entretenimiento en un solo lugar. Marcas de renombre mundial como CHANEL, HERMES, BVLGARI y LOUIS VUITTON eligieron a este lugar como su primera ubicación en Taiwán. Además, alberga la única tienda minorista de Taiwán de joyeros de primer nivel como HARRY WINSTON.
Desde la década de 1960, los pequeños edificios de madera en Taipéi comenzaron a ceder espacio a rascacielos y modernas construcciones. Al caer la noche, el mercado nocturno de Shilin, a solo 5 kilómetros del hotel, cobra vida con cientos de vendedores. Es el mercado nocturno más grande de la ciudad y ofrece un auténtico caleidoscopio de la cultura local. Tiendas de regalos, puestos de comida y juegos bajo las luces de neón crean una experiencia inolvidable.
Después de degustar la famosa ‘street food’ taiwanesa, Regent Taipei me sorprendió con su extensa oferta culinaria. Desde el restaurante azie, que fusiona creativamente delicias orientales y occidentales, hasta el Robin’s Teppanyaki, donde la tradición japonesa se encuentra con el estilo francés. También disfruté del restaurante Silks House, donde la cocina cantonesa se sirve en un ambiente elegante, y del Spice Market, el único buffet de mariscos al estilo tailandés en Taipéi.


En el célebre restaurante Lan Ting del hotel, las animadas calles del bullicioso distrito Zhongshan de Taipéi quedaron a nuestros pies. El contraste con el entorno tranquilo y refinado en las alturas es asombroso. La ciudad sirve como telón de fondo para la auténtica cocina china, y los diversos comedores privados te sumergen en un mundo de exclusividad, perfecto para reuniones de negocios y eventos íntimos.
Así, el bullicio metropolitano moderno se funde con la hospitalidad atemporal en el corazón del principal distrito comercial de Taipéi. En el Regent, me enamoré de un entorno vibrante y diverso, donde las influencias orientales y occidentales se combinan en una sinfonía única, y el alma de la ciudad cobra vida de una manera inigualable.