Guanajuato es reconocido por ser tierra productora de vinos; incluso, se dice que el cura Miguel Hidalgo y Costilla enseñaba el oficio de vitivinicultor a los pobladores que cristalizaron sus esfuerzos con cada vendimia.
En cada botella de vino producido en los viñedos de La Santísima Trinidad, ubicada a las afueras de San Miguel de Allende, se comparte la calidez obtenida del clima y del sol, energía que es transformada en un manjar líquido que nos deleita y nos acaricia los sentidos. Al probarlos, se nos dibujan en la mente imágenes de los enormes paisajes donde crecen las uvas, bajo el abrigo de la inmensidad del cielo azul, con caprichosas pinceladas de las tonalidades de las vides.
La Santísima Trinidad Blend Rosado es un cautivante vino rosado, cuyas uvas crecen rodeadas del perfume de las lavandas, bajo el jugueteo del viento fresco del campo que sopla en la inmensidad de los viñedos. A la vista, nos regala un hermoso color rosado intenso con notas de rojizo granate, intenso, que ofrece muestras de su gran cuerpo. En nariz, destaca con notas intensas principalmente de granada, toronja y fresa silvestre junto con aromas de pan tostado, demostrando su maceración en lías de fermentación.
La Santísima Trinidad, con sus desarrollos San Lucas y San Francisco, es un proyecto para consentir los sentidos a través de la naturaleza y de la paz que nos transmite estar en contacto con ella. Ya sea practicar deporte, aprender sobre el cultivo del olivo y las lavandas, participar en el proceso de producción de vino o vivir como propietario de una bella casa, es un lugar que nos despierta un caleidoscopio de emociones que nos lleva a vivir momentos únicos.
Una de las experiencias más significativas es la degustación personalizada en una de las salas de cata, donde los sentidos se relajan mientras aprendemos y compartimos sobre el mundo del vino. Las condiciones específicas de la tierra, su capacidad de drenaje y las variaciones del clima hacen de San Lucas el lugar perfecto para el cultivo de vides, olivares y lavanda.
Rancho San Lucas es el segundo hotel que se abrió de la Santísima Trinidad, donde los huéspedes nos encontramos rodeados de naturaleza pura, viñedos y lagos artificiales. Su arquitectura de estilo Toscano me regresó a los pequeños pueblos perdidos entre los viñedos de Italia.
Con un concepto basado en detalles y en servicio personalizado, el Rancho San Lucas es un paraíso para quienes se quieren alejar del ajetreo y realidad de la Ciudad de México, ofreciendo un espacio de paz y silencio dentro de un entorno encantador. Rodeados de naturaleza pura, viñedos y lagos, aquí nos encontramos con paz interna y momentos de contemplación que nos alejan lentamente de la realidad del día a día.
A unos minutos, del otro lado de San Miguel, nos podemos deleitar en otro espacio mágico de la familia de la Santísima Trinidad. Dentro de los Viñedos de los Senderos se encuentra un restaurante como ningún otro, donde el seductor aroma a madera se mezcla con la brisa del campo: Barrica de Fuego, un restaurante de innovador diseño, magnífica cocina y ambiente excepcional, es una de las joyas del destino.
En San Miguel de Allende la experiencia sensorial es absoluta. Invadiendo nuestros sentidos con su música, sus aromas y su alma, la ciudad son sumerge, nos vuelve partícipes en su magia, nos envuelve y conquista.