Las finas nubes blancas parecen deslizarse como agua entre los árboles y las cimas nevadas de las montañas, rápidamente cubriendo y descubriendo imponentes y majestuosos picos. Situado en los Alpes bávaros a una altitud de 1000 metros, con vistas panorámicas del valle de Berchtesgaden, Salzburger Land y el macizo de Watzmann, el maravilloso Kempinski Berchtesgaden existe en otro mundo, donde el tiempo se detiene y nos incita a ponernos en contacto con la hermosa naturaleza que nos rodea.
Un espacio de relajación y a la vez de exploración y descubrimiento, este famoso hotel es la combinación única de lujo de cinco estrellas, estilo bávaro moderno, excelencia culinaria y actividades recreativas que nos permiten formar parte del envidiable estilo de vida alpino de la región.
Excepcionalmente cómodas, las habitaciones y suites de Kempinski Berchtesgaden irradian calidez y estilo contemporáneo, y constantemente nos vemos rodeados de vistas únicas de los hermosos alrededores alpinos. Sus suites estilo ‘Maisonette’ son chalets de montaña privados, pero con todas las comodidades y la comodidad de un hotel; están diseñadas para complementar a la perfección el entorno alpino.
Mi suite, llamada Jenner en honor a la montaña del mismo nombre, luce un esplendor contemporáneo. De dos pisos, enormes ventanales, diseño moderno con toques tradicionales de Bavaria, dos terrazas con vistas panorámicas e instalaciones con tecnología de punta que aseguran que cada instante de mi estancia esté repleto de hedonismo y confort.
Durante mi mágica estancia tuve el placer de disfrutar de creaciones culinarias elaboradas con productos regionales en el restaurante Johann Grill. El concepto gastronómico del restaurante gira en torno al ambiente que nos rodea; fue nombrado en honor a Johann Grill, el primer alpinista en escalar la cara este de la montaña Watzmann y así demostrar un rendimiento alpino superior.
Haciendo comunión con la naturaleza, la cocina se ha especializado en combinar tradición con ingredientes locales, como en la creación del quiche de puerros con crema agria de ajos silvestres y el carpacho de carne con pesto de ajo silvestre, gel de chile tomate y verduras de primavera en escabeche. También podemos aquí disfrutar de manjares como la trucha bávara frita “estilo bratherring”, el “Wiener Schnitzel” frito en mantequilla clarificada y el filete de ternera de la región de Salzburgo con espárragos bávaros.
Con la llegada del verano se creó en Johann Grill un menú de temporada que gira en torno a los espárragos bávaros, acompañados por patatas, jamón cocido y curado de la carnicería local Kastner, “Wiener Schnitzel” o lomo de ternera de la región de Salzburgo.
En el restaurante Bergstuberl el menú también cambia dependiendo de las temporadas, en invierno podemos disfrutar una fondue tradicional y en verano de una cena ‘a la piedra caliente’, todo en un ambiente rústico típico de los Alpes.
El menú de verano que tuve el placer de conocer consta de una ensalada campesina de montaña como entrada, seguida de una piedra caliente con carnes a elegir, pescado fresco, verduras de temporada, guarniciones y salsas y dips caseros. A mi gusto freí en la piedra caliente de 300 grados todos los sabrosos ingredientes. Para el postre, probé el clásico Kaiserschmarrn, recién horneado con ciruelas y helado de vainilla.
Deleites culinarios en un entorno simplemente mágico – cada momento en Berchtesgaden es una aventura sensorial. Las montañas que nos rodean se pintas rojizas al atardecer y lleno mis pulmones del fresco aire Alpino, completamente seducida por un destino y un hotel sin igual.
